A continuación puedes leer el microrrelato y el relato de Enero. Ambos forman parte del reto de escritura creativo #EstrellasDeTinta creado por Katty. Puedes pasar por su blog para leer las normas y entender un poco mejor de qué va todo esto.
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En este micro concretamente aparecen detalles que pueden ser potencialmente desagradables pero muy de refilón.
Superpoderes ordinarios.
Microrrelato de Enero:
Ya no era la supervillana que fui en su día, pero me regodeé vilmente cuando vi a la gente encogerse al entrar al restaurante, y eso me gustaba. Siempre disfruté de esa sensación de poder sobre los demás.
Pero la disfrutaba aún más porque se debía a que todos eran unos completos gilipollas. ¿Mi súper poder de villana? Nadie lo conocía, solo había rumores.
¿La realidad? Convertir en gazpacho cualquier líquido que tocara, por suerte a voluntad. No me habría imaginado vivir a base de ese líquido elemento.
Algunos de mis enemigos resultaron alérgicos al tomate y no lo sabían. A otros les gustaba demasiado apostar sobre quién era capaz de aguantar más chupitos (los suyos vodka, los míos… ¿lo adivinas?). Una vez consiguieron herirme pero transmuté la sangre y dejé una jarra al lado.
Aquellos eventos fueron creando mi fama como envenenadora letal y chica dura que jamás sangraba. En general todo el mundo pensaba que era invulnerable y no me podían herir.
Pero nadie sabía. Mis verdaderos poderes de supervillana los había ido adquiriendo con el tiempo. Utilizar los rumores a mi favor, parecer inaccesible, inalcanzable, convertirme en un mito.
Me senté en la silla que habían apartado para mí y pregunté al chico que me atendía esta noche:
—¿Qué hay de entrante?
—Gazpacho, señora.
«Puto gazpacho».
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Datos del microrrelato para el reto:
- Título: Superpoderes ordinarios.
- Palabras: 219.
- Objetivo Micro: Nº 2 (Las personas Súper Villanas molan, escribe sobre una de ellas).
- Objeto oculto: Nº 3 (Gazpacho).
- Estrellas: ★ (cumple).
- Recomendación: @MUSAJUE (Katty) en Enero.
- Enlace al relato recomendado: Huida de Katty.
- Comentarios en microrrelatos:
- Merienda de Katty (Enero).
- Mi salvadora de Erica (Enero).
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Pizza congelada.
Relato de Enero:
Llevaban varios días en las televisiones avisando de que caería una gran nevada, había empezado dos días atrás y aún seguía. Yo estaba anonadada porque en toda mi vida había visto nada igual.
Jamás había salido de la ciudad. De hecho si no hubiera ocurrido el gran desastre que obligó a mi jefe a crear una página web del restaurante y comenzar a ofrecer comida a domicilio probablemente no habría pisado otros barrios. Yo era la única de la plantilla que tenía moto. No me daba el sueldo para tener coche ni para pagar la gasolina de uno. Así que evidentemente fue ascendida a repartidora.
Hasta aquel momento lo había tomado como una oportunidad de hacer algo nuevo, conocer lugares que hasta ahora solo había visto a través de la pantalla o en las páginas de los libros.
Mi jefe evidentemente no había tenido en cuenta que mi problema podría dificultar la entrega de los pedidos pero con ayuda de mi amiga Fátima había conseguido capear los obstáculos que se habían ido planteando en los últimos meses.
Metí la pizza en la mochila que el jefe adquirió en su momento para el transporte de comida, con el logo del restaurante, y coloqué encima una caja vacía. Era el único pedido a domicilio que había entrado durante el día. En las televisiones habían sugerido a la población que se mantuviera en casa. Con el movimiento de la moto la comida podía sufrir desperfectos así que aprendí a colocar otros objetos para mantenerla encajada.
Aún tenía holgura en un lateral y no quería que el zarandeo hiciera que todo el queso se acabara despeñando por uno de los lados así que cogí unos alicates que había en la trastienda y encajaban perfectamente en el hueco sobrante para que hicieran palanca.
—Mari, ponte mi gorro debajo del casco que se te van a congelar las ideas —me dijo Fátima mientras me tendía su gorro de lana.
Moví las manos negándome, la señalé a ella, su cabeza y la puerta, intentando que comprendiera lo que quería decir.
—Yo vivo a cinco minutos y mi abrigo tiene capucha, no te preocupes Mari, anda, lleva el pedido y a casa, en media hora cerramos y no te da tiempo a volver. Ve con mucho cuidado, cualquier cosa estaré pendiente del móvil.
Me metió el gorro por la cabeza, cogió el casco de la moto y me lo encajó también. Tenía unos cuantos años más que yo y se comportaba muchas veces como la madre que siempre soñé con tener.
Moví la cabeza para asegurarme de que todo estaba en su sitio, me despedí con la mano enguantada de mi compañera y me subí a la moto. Por suerte había tenido la brillante idea de ahorrar para el equipamiento así que los guantes y la cazadora que adquirí de segunda mano cuando empecé a repartir me protegían bastante del frío glacial.
Tenía que ir a una de esas urbanizaciones de gente rica a las afueras de la ciudad. Fátima tenía razón, me llevaría como mínimo 20 minutos llegar hasta allí pero dadas las condiciones climatológicas era probable que tardara el doble. Recé a ninguna deidad concreta para que me llevara sana y salva hasta mi destino… y que la persona no me quisiera poner como excusa el retraso para evitar pagar la pizza. No me podía permitir pagarlo de mi bolsillo.
Había bastante nieve pero las calles alrededor del restaurante aún eran transitables. Me gustaba mucho conducir y era bastante buena esquivando coches y peatones que salían del lugar menos pensado.
Contra todo pronóstico pude completar el reparto sin ningún problema. Me recogió el pedido alguien del servicio que se apiadó de mí y me preguntó si quería beber algo caliente antes de irme, pero negué con la cabeza sonriendo… aunque mi sonrisa no se viera y me alejé para evitar que la conversación se alargara.
Apreciaba verdaderamente las buenas intenciones de aquella persona pero quería evitar hablar con ella. Iba pensando en si habría resultado una desagradecida cuando la rueda trasera resbaló. «Una placa de hielo» pensé.
Traté de retomar el control pero fue demasiado tarde. Caí con la cabeza por delante y temiendo partirme el cuello al caer puse los brazos por delante.
Buena idea porque mi cabeza es vital para vivir. Mala idea porque mi brazo derecho chocó contra la acera y el ruido que hizo no fue nada alentador.
Como un relámpago el dolor llegó desde los dedos de mis manos hasta el codo y luego se ramificó hasta el hombro. Me quedé sin respiración unos segundos, intentando gestionar las sensaciones que se pisaban unas a otras. Cerré los ojos fuertemente, no quería mirar. Y entonces escuché la voz de una mujer soltando tacos sin parar.
Me volví hacia el sonido y descubrí que mi moto al deslizarse había chocado contra otra y la había tirado. La mujer parecía haber salido de la sucursal del banco en la esquina en la que yo estaba tirada.
«¿Qué hace el banco abierto a estas horas?» me pregunté. Miré hacia la puerta y descubrí que un agujero enorme estaba en el lugar de la puerta. «Perfecto, creo que acabo de frustrar un robo» me dije a mí misma.
La mujer se giró hacia mí en aquel momento con la mirada llena de odio y la reconocí como aquella supervillana que aparecía cada semana en las noticias. No podía tener peor suerte. Era conocida por ser una asesina sanguinaria que se había cargado a los jefes de las mafias más importantes del país… para ocupar su lugar.
—L-l-lo s-s-sien-to, se-se…—no me dejó terminar la frase.
—¿Qué te pasa? ¿Tanto frío hace que no puedes hablar o eres tonta? —me espetó.
Cerré los ojos fuertemente durante un segundo para concentrarme en las palabras que quería decir.
—Soy tar-tar…
—¡Joder! Además de inútil, idiota, maldita suerte tengo.
Por cosas como esta apenas salgo de casa. La gente o no tiene paciencia o me miran con pena. Tengo grabadas en el móvil las típicas frases para entregar los pedidos y el sistema me funciona perfectamente. Con la mascarilla no se sabe que no estoy moviendo los labios y la gente no quiere interactuar más allá de: toma, gracias, adiós.
El dolor del brazo me llegaba hasta el hombro y no pude evitar el gemido que se me escapó de entre los labios junto con un hilo de vaho.
—¡Pero quién coño es el gilipollas que pide pizza con la que está cayendo! —exclamó al reconocer el logo de la empresa en mi mochila.
Miró al cielo con las manos en jarras, no sé si tratando de calmarse o pensando la mejor forma de matarme.
—No-no diré na-na-nada —conseguí articular, buscando clemencia, aterrorizada.
Ella me miró y suspiró sonoramente mientras negaba con la cabeza. Se acercó a mí y se agachó para mirarme el brazo. Sacó el teléfono móvil y mirándome directamente a los ojos habló con la persona al otro lado:
—Pedro, he tenido un problemilla, trae el 4×4. Avisa a la doctora para que esté disponible en cuanto llegue a casa, llevo un paquete extra.
No sé muy bien lo que ocurrió después. Probablemente la supervillana me atontara con sus poderes.
Desperté mucho después para encontrarme tumbada en una cama desconocida con el brazo escayolado. Miré desconcertada alrededor hasta toparme con la villana sentada al lado de la cama que me sonreía amistosamente. Unos segundos después me preguntó:
—¿Quieres gazpacho?
Datos del relato para el reto:
- Título: Pizza congelada.
- Estrellas mes: ★★★ (3 = micro + relato + recomendación + comentarios).
- Palabras: 1.242.
- Objetivo Relato: Número 1 (Escribe un relato sobre un alpinista en una helada o sobre un rescate en el hielo).
- Objeto oculto 1: Número 1 (pizza).
- Objeto oculto 2: Número 2 (alicates).
- Extras: Protagonista femenina, pasa Bechdel y he hilado mi propio micro con el relato que no cuenta pero es divertido xD
- Comentarios en relatos:
- La historia de Lucky y Brago (1): dos mamodos muy diferentes de @isefran79.
- El poder del beso de @EricaFortuny
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Sobre la tartamudez:
Supervillana utiliza el problema de tartamudez de Mari para insultarla. Personalmente no estoy de acuerdo con esa reacción, aunque lo haya escrito.
Supervillana se entiende que es mala persona y le acaban de frustrar un robo. Por lo que está dentro del personaje el uso de insultos y palabrotas.
Al final acaba rescatando a Mari para curarla, quizás se sintió culpable por su reacción… ¿quién sabe si será el comienzo de una gran amistad?
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