Literup 2 – Mi imaginación

PirraSmith - Mi imaginacion - Reto LiterUp

Ella escribía sin parar en su ordenador, como si no hubiera un mañana, tecleando a una velocidad pasmosa. Era tan bella que no podía apartar mis ojos de ella. La escena solo hacía que mi imaginación se desbocara aún más. ¿Qué estaría escribiendo?

Tenía ganas de sentarme a su lado y preguntarle, pero no lo haría. Era demasiado tímida para hacer algo así. Tendría que contentarme con imaginarlo todo.

En mi imaginación ella estaba trabajando en una novela.

Con toda probabilidad romántica por la forma leve en que se sonrojaba al escribir y se humedecía los labios de vez en cuando. O quizás sería una escena erótica. Ya le llegaba el rubor a las orejas. Me parecía de una belleza abrumadora ahí sentada con el café al lado y tecleando.

Ojalá fuera valiente. De ese tipo de personas a las que no les da miedo una negativa. Como esos hombres que se te acercan y te preguntan si te pueden invitar a una copa, pero algo más fino. Le diría si quiere acompañar su café con algo. Ella levantaría la cabeza algo aturdida ante la interrupción con la cabeza todavía en la historia que estaba escribiendo y al verme esbozaría una sonrisa.

Compartiríamos una galleta de esas grandes con pepitas de chocolate. Habría pedido que nos la calentasen un poco para que el chocolate se derritiera al entrar en contacto con nuestro paladar.

Y una vez sentada a su lado, compartiendo la galleta le preguntaría qué estaba haciendo en el café. Ella me contestaría diciendo que es escritora y había llegado a este lugar en busca de inspiración y que la había encontrado en el olor a café y en las tonalidades de la música ambiental que nos invadía.

Quizás, con el movimiento del resto de mesas, tendría que acercarme más a ella y nuestras rodillas rozarían, así como algo casual, simple, sencillo. Un toque que hace que la otra persona sea consciente de tu presencia física. Nos reiríamos ante el hecho tan tonto de un roce que aviva la tensión del momento. Ella haría ese gesto que tanto me gusta de mirar hacia abajo y ruborizarse. Pestañearía un par de veces y luego alzaría la mirada para poder tener sus ojos frente a los míos.

Respiraría tan cerca de ella que podría reconocer su olor particular entre los diferentes aromas de café que nos envolvían.

Ella sería consciente de este hecho y lo haría también a su vez, descubriendo mi aroma particular. Probablemente con leves toques de menta por el caramelo que me había tomado antes de sacar la suficiente valentía como para hablar con ella.

Después de unos momentos de silencio ella guardaría el documento, para no echar a perder el progreso y se giraría hacia mi para preguntarme qué planes tenía aquella lluviosa tarde de Febrero. Me invitaría a su casa, donde podría ver su colección de escritos.

Una cosa nos llevaría a la otra y acabaríamos abrazadas en el sofá, besándonos.

Entonces ella cerró el portátil y se puso a recoger sus cosas mirando el reloj y saliendo apresurada de la cafetería. Jamás tendríamos ese encuentro, pero en mi imaginación había sido genial.

Este relato está enmarcado en el reto Literup de 52 relatos en un año.
Objetivo 2: una historia sin palabras que terminen en -mente.