– ¿Es que no lo ves? –pregunté.
– ¿Qué es lo que no veo? –me preguntó.
– Ayer, con Miguel.
Amelia abrió mucho los ojos, dolida.
– Dijiste que no ibas a ir.
– Y no iba a hacerlo, pero al final me animé porque sabía que estarías tú… y estabas con la botella de ron en una mano y Miguel en la otra.
Me miró a los ojos, confusa. No sabía qué estaba haciendo. Yo era consciente de que se había dejado llevar por el momento, pero aquél beso me llegó al corazón como un dardo envenenado.
– Lo besaste, ¡a Miguel!.
– Si, lo besé ¿y qué pasa?.
Abrí la boca anonadada. No podía ser, no podía estar tan ciega.
No le habíamos puesto nombre a lo nuestro, pero éramos novias. ¿Acaso un par de amigas se abrazan metiendo la mano por debajo de la ropa para sentirse más cerca? ¿Tal vez yo estaba equivocada y las amigas se besaban en la boca para saludarse o despedirse?
Siempre lo habíamos hecho en secreto, pero pensaba que era por el que dirán, que se mantendría fiel a nuestra relación.
– ¿Es que no lo ves?
Relato 4 «¿Es que no lo ves?»
#OrigiReto2019 de Stiby & Katty
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